Olvidados de la Historia


Niños deportados a Australia

Hace ya algunos años, el crítico de arte australiano Robert Hughes publicó un estupendo libro titulado La costa fatídica, el libro es una narración épica, la creación y la formación de Australia. A lo largo de sus páginas vemos cómo la metrópoli colonizadora usó aquel lejano país como un inmenso presidio; desde el 13 de mayo de 1787 fueron muchísimos los barcos cargados de presos que partieron de las Islas Británicas hacia Botany Bay o hacia la Tierra de Van Diemen.

Gordon Brown, primer ministro del Reino Unido, se disculpó el pasado miércoles 24 de febrero por una política en virtud de la cual miles de niños pobres británicos fueron enviados, a menudo sin el conocimiento de sus padres, a antiguas colonias donde muchos sufrieron abusos. Miles de niños y niñas fueron sacados de orfanatos e instituciones del Reino Unido y llevados a países de la Commonwealth, principalmente Australia y Canadá, según el Programa Infantil de Migración que concluyó hace 40 años.

Muchos hermanos fueron separados y en ocasiones se les dijo que sus padres habían muerto. Gran parte de ellos fueron puestos en centros de menores donde sufrieron abusos corporales y sexuales, y fueron empleados en granjas contra su voluntad.

Kevin Rudd, primer ministro de Australia, ya pidió disculpas por esta sucia práctica en noviembre de 2009:

«Miramos atrás con vergüenza, porque muchos de vosotros fuisteis dejados solos, hambrientos y con frío y sin ningún lugar en el que ocultaros y nadie, absolutamente nadie, a quien recurrir», dijo Rudd.

sin embargo, ahora era es el Reino Unido, el «emisor» de estos niños, quien pide disculpas, al fin, por algo que jamás debió haber sucedido.

«Tengo que disculparme por una política que fue equivocada y que ocurrió hasta los años 60. Ha arruinado muchas vidas. Ciertamente ha cambiado sus vidas de un modo que nunca hubieran esperado».

La autoridades británicas y australianas estiman que fueron unos 130.000 niños de edades entre 3 y 14 años los que se enviaron desde el Reino Unido a las colonias durante la aplicación de la política de asentamientos, que estuvo en marcha entre 1930 y 1970.

Los, ahora ancianos, que fueron sometidos a estas deportaciones describen su triste realidad con unos tintes que en nada se diferencian de las narraciones de los deportados del siglo XIX a las prisiones de la Tierra de Van Diemen. Rex Wade fue llevado a Australia cuando tenía 11 años y allí fue destinado a un hogar infantil en Tasmania. Lo describió como un «campamento militar», al tiempo que contó que quienes estaban en otras casas de este tipo fueron usados como «esclavos laborales».

Por lo general a los "niños olvidados" sólo se les enseñaban tareas agrícolas

«No había amor, no había bondad. Los castigos eran increíbles, la cantidad de golpes que recibimos por cosas estúpidas» […]«Durante años me culpé, creí que debía haber hecho algo realmente malo para ser enviado a otro país. No me importa lo que digan, ni siquiera hoy, no fue por el bien de los niños. Yo ni siquiera sabía que tenía una madre», dijo Wade a la BBC TV.

Leyendo esta noticia no he podido dejar de recordar una tema de U2 titulado Van Diemen’s Land, del album de 1988 Rattle and hum. Esta canción habla del sufrimiento de un deportado a ese costa tan lejana, de la separación de la mujer a la que ama. Un destierro que sufrieron especialmente los irlandeses en los años en que Eire aun formaba parte del Reino Unido.

Aquí os dejo la letra y el vídeo.

Van Diemen’s Land

Hold me now, oh hold me now

Till this hour has gone around

And I gone, on the rising tide

For to face Van Diemen’s land.

It’s a bitter pill I swallow here

To be rent from one so dear.

We fought for justice and not for gain

But the magistrate sent me away.

Now kings will rule and the poor will toil

And tear their hands as they tear the soil

But a day will come in this dawning age

When an honest man sees an honest wage.

Hold me now, oh hold me now

Till this hour has gone around

And I’m gone on the rising tide

For to face Van Diemen’s Land.

Soldados de la Nueve montados en el semioruga "Guadalajara"

Esta pasada semana he leído una noticia acerca de un homenaje del Ayuntamiento de París  a tres supervivientes de «la Nueve«. Para muchos este nombre puede no significar nada, sin embargo la nueve significa, en bastante medida la dignidad de muchísimos españoles que se opusieron al fascismo, no ya luchando contra Franco y los que le siguieron durante la Guerra (In)Civil española, sino durante la II Guerra Mundial combatiendo a la Wehrmacht y las SS en territorio francés, desde las playas de Normandía a París.

Durante décadas estos hombres han sido unos verdaderos olvidados de la Historia, tanto para Francia como para su patria de origen, España. La Nueve era una de las compañías que formaba parte de la 2ème División Blindée, también conocida como la División Lecrerc, por ser este general francés quien la comandó.

La compañía había sido constituida mayoritariamente por republicanos españoles exiliados, que se hallaban internados en campos de concentración en territorio argelino. Es decir, en territorio francés no ocupado por los alemanes.

Exiliados en el Campo de Argelés sur Mer

Su capitán, Raymond Dronne, pensaba que Leclerc, que conocía bien a sus leales, le había  encargado la formación de esta compañía por dos razones: una, porque los españoles, muy motivados políticamente, sólo aceptarían como mando a un «francés libre» de primera hora, no a algún seguidor de Petain que hubiese “cambiado de chaqueta” recientemente. La otra, porque sabía que Dronne hablaba algo de español, al haber estudiado unas semanas en España algunos años atrás. Así que asumió el mando de la compañía y se dispuso a convertirla en la unidad más famosa de todo el Regimiento.

El capitán Dronne (centro) y el teniente Granell

La compañía entró en acción por primera vez en diciembre de 1942, combatiendo a alemanes e italianos en el Norte de Áfica, acciones en las que continuaría hasta mayo de 1943 en que liberaron la ciudad tunecina de Bizerta, última de sus acciones en África.

Después de ser trasladada de Marruecos a Gran Bretaña, desembarcó en Normandía la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1944. Se encuadraría dentro del III Ejército de los EE.UU., comandado por Patton. El 12 de agosto capturaron a 130 soldados alemanes en Eccouché.

Amado Granell, teniente de la Nueve, en Eccouché

A las 21:22 horas de la noche del 24 de agosto de 1944, la Nueve irrumpió en el centro de París por la Porte d’Italie. Al entrar en la plaza del Ayuntamiento, el tanque español «Ebro» efectuó los primeros disparos contra una posición alemana. Después los civiles salieron a la calle cantando La Marsellesa quienes descubría sorprendidos que los primeros soldados liberadores eran todos españoles. Raymond Dronne, se dirigió hacia la comandancia del general alemán von Choltitz para exigir su rendición.

Mientras se esperaba la capitulación final, los españoles tomaron al asalto la Cámara de los Diputados, el Hôtel Majestic y la Plaza de la Concordia. A las 3:30 horas de la tarde del 25 de agosto, la guarnición alemana de París se rindió y fueron los soldados españoles quienes apresaron a von Choltilz. Por cierto, que durante el desfile triunfal por París del día 26 de agosto, los soldados de la Nueve desfilaron portando en sus estandartes los colores de la bandera de la República Española.

Tras la liberación de parís, la Nueve se incorporó al avance aliado hacia Alemania. Por el camino hicieron muchos prisioneros alemanes, pero también sufrirían bastantes bajas, especialmente cuando el invierno les sorprendió en el sur de Alemania, donde se enfrentaron a temperaturas de -22º C, y donde sufrirían unas 50 bajas por congelación. El 5 de mayo de 1945 participarían en la toma del Nido del Águila de Hitler, en Berchtesgaden.

Al concluir la contienda sólo permanecían en activo 16 españoles en la Nueve… Pero aun habrían de sufrir una amarga derrota: no podían volver a España, donde se enfrentaban a la clarísima posibilidad de ser represaliados y, para mayor desgracia, su papel en la liberación de París sería ignorado por la historiografía francesa. Sólo muy recientemente ha empezado a ser reconocida su labor y entrega, tanto por España como por Francia. Una prueba es este homenaje del ayuntamiento de París, cuya teniente de alcalde Anne Hidalgo, todo hay que decirlo, nació en San Fernando, Cádiz, en 1959.

Lápida en memoria de los españoles de la Nueve

Por favor, no nos olvidemos jamás de aquellos que nos honran y dignifican a las sociedades con su sacrificio y entrega.

Noticia completa sobre el homenaje